El coaching es una herramienta fantástica para la toma de decisiones porque mediante las preguntas que el profesional te formula a lo largo de proceso generas una visión de conjunto no sólo sobre tus opciones sino sobre sus consecuencias para tu vida. Paul Green desarrolló el Análisis de Conjunto a fin de favorecer la decisión: consiste no sólo en preguntar, por ejemplo, si el cliente de un hotel prefiere usar la piscina o conectarse a internet, sino en hacerlo “en un conjunto”, es decir, indagando si prefiere una habitación con uno u otro servicio según su precio.
Piensa en una decisión que vayas a tomar. Puede ser trascendente o, sencillamente, qué vas a hacer cuando salgas del trabajo. ¿Qué opciones tienes? Visualiza las escenas completas, o sea, “el conjunto”: ¿qué sensación te genera cada escena? ¿Qué emociones te provocan?
Daniel Goleman nos reveló que decidimos basándonos en nuestras emociones, y que después será la razón la que se encargue de justificarlo. ¿Cuántas decisiones importantes de tu vida las tomaste atendiendo a tus impresiones emocionales? Y me estoy refiriendo a salir con esta persona, a comprar esta casa o a elegir éste lugar para tus vacaciones.
A mí las mejores ideas se me ocurren en el duermevela, ese momento intermedio entre estar consciente y estar dormido. Hay una explicación lógica: en ese instante la mente se siente libre de pensar lo que quiera y, por lo general, es un estado de enorme inspiración. Esto lo sabía Thomas Edison, que acostumbraba a sentarse en una silla con algo pesado en cada mano que cuando se dormía terminaba cayéndose al suelo y despertándole, lo que aprovechaba para concentrarse en hallar la solución que buscaba.
El coaching es una herramienta fantástica para la toma de decisiones porque mediante las preguntas que el profesional te formula a lo largo de proceso generas una visión de conjunto no sólo sobre tus opciones sino sobre sus consecuencias para tu vida. Paul Green desarrolló el Análisis de Conjunto a fin de favorecer la decisión: consiste no sólo en preguntar, por ejemplo, si el cliente de un hotel prefiere usar la piscina o conectarse a internet, sino en hacerlo “en un conjunto”, es decir, indagando si prefiere una habitación con uno u otro servicio según su precio. Piensa en una decisión que vayas a tomar. Puede ser trascendente o, sencillamente, qué vas a hacer cuando salgas del trabajo. ¿Qué opciones tienes? Visualiza las escenas completas, o sea, “el conjunto”: ¿Qué sensación te genera cada escena? ¿Qué emociones te provocan? Daniel Goleman nos reveló que decidimos basándonos en nuestras emociones, y que después será la razón la que se encargue de justificarlo. ¿Cuántas decisiones importantes de tu vida las tomaste atendiendo a tus impresiones emocionales? Y me estoy refiriendo a salir con esta persona, a comprar esta casa o a elegir éste lugar para tus vacaciones. A mí las mejores ideas se me ocurren en el duermevela, ese momento intermedio entre estar consciente y estar dormido. Hay una explicación lógica: en ese instante la mente se siente libre de pensar lo que quiera y, por lo general, es un estado de enorme inspiración. Esto lo sabía Thomas Edison, que acostumbraba a sentarse en una silla con algo pesado en cada mano que cuando se dormía terminaba cayéndose al suelo y despertándole, lo que aprovechaba para concentrarse en hallar la solución que buscaba.