Una buena relación no quiere decir una relación sin conflictos, sino haberintegrado la capacidad de emprender acciones concretas que se ocupen de esos conflictos en forma efectiva a través de conversaciones. La clave está en cómo nos comunicamos en pos de la resolución de esos conflictos: al hablar actuamos, y al actuar cambiamos el curso normal de los acontecimientos y hacemos que ocurran cosas que no hubieran pasado si no hubiésemos actuado y si no hubiésemos tenido esas conversaciones.
Esto es coaching: el diseño estratégico de conversaciones con nosotros mismos o con los demás a fin de alcanzar las metas que nos proponemos para satisfacer cierta necesidad o vivir más intensamente aquel valor importante para nosotros que vemos en peligro. El acompañamiento de un coach profesional conseguirá que tu hoja de ruta quede establecida de una manera más perfecta y que alcances tus objetivos en menos tiempo y con menos esfuerzo.
Cuando rechazamos a nuestro interlocutor no estamos escuchándole, sino que estamos escuchándonos a nosotros mismos. Es más difícil mantener relaciones sanas cuando no hemos entrenado la escucha activa porque el estar más pendiente de lo que le voy a decir que de comprender lo que está tratando de comunicarme hará naufragar todo intento de intercambiar la información que necesitamos para llegar a acuerdos.
Por tanto, te invito a que pienses por un momento en la relación más sana y satisfactoria que tengas con alguien. ¿Qué hace de esa relación algo tan especial? ¿Por qué has evocado esa relación y no otra? Y ahora piensa en otra relación, en este caso conflictiva: ¿Qué le falta a esta relación que sí está presente en la otra? ¿Qué estás haciendo o dejando de hacer tú para perpetuar la situación? ¿Qué puedes hacer tú de manera distinta para mejorarla?
Una buena relación no quiere decir una relación sin conflictos, sino haber integrado la capacidad de emprender acciones concretas que se ocupen de esos conflictos en forma efectiva a través de conversaciones. La clave está en cómo nos comunicamos en pos de la resolución de esos conflictos: al hablar actuamos, y al actuar cambiamos el curso normal de los acontecimientos y hacemos que ocurran cosas que no hubieran pasado si no hubiésemos actuado y si no hubiésemos tenido esas conversaciones. Esto es coaching: el diseño estratégico de conversaciones con nosotros mismos o con los demás a fin de alcanzar las metas que nos proponemos para satisfacer cierta necesidad o vivir más intensamente aquel valor importante para nosotros que vemos en peligro. El acompañamiento de un coach profesional conseguirá que tu hoja de ruta quede establecida de una manera más perfecta y que alcances tus objetivos en menos tiempo y con menos esfuerzo. Cuando rechazamos a nuestro interlocutor no estamos escuchándole, sino que estamos escuchándonos a nosotros mismos. Es más difícil mantener relaciones sanas cuando no hemos entrenado la escucha activa porque el estar más pendiente de lo que le voy a decir que de comprender lo que está tratando de comunicarme hará naufragar todo intento de intercambiar la información que necesitamos para llegar a acuerdos. Por tanto, te invito a que pienses por un momento en la relación más sana y satisfactoria que tengas con alguien. ¿Qué hace de esa relación algo tan especial? ¿Por qué has evocado esa relación y no otra? Y ahora piensa en otra relación, en este caso conflictiva: ¿Qué le falta a esta relación que sí está presente en la otra? ¿Qué estás haciendo o dejando de hacer tú para perpetuar la situación? ¿Qué puedes hacer tú de manera distinta para mejorarla?