El próximo miércoles celebraremos el Día Mundial de la Radio, una jornada establecida por la UNESCO para mejorar la cooperación internacional entre los organismos de radiodifusión y alentar a través de las ondas el acceso a la información, la libertad de expresión y la igualdad de género.
Me gusta escuchar entrevistas por la radio, no tanto por su contenido sino por la forma de preguntar de quien las haga. Mi entrenamiento como coach ha modificado mi forma de indagar formulando preguntas adecuadas, y eso también hace que me fije en si la persona que entrevista expresa o no preguntas poderosas.
¿Y tus preguntas cómo son? ¿Obtienes con ellas el máximo de información en el mínimo de tiempo? He aquí tres recomendaciones para mejorarlas:
– Al diseñar tu pregunta procura que sea lo más abierta posible, es decir, que difícilmente se pueda responder con un sí o con un no: cuanto más amplia, mayor es la invitación que le estás haciendo a tu interlocutor para que se explaye.
– Recuerda las siete Preguntas de Quintiliano, que son las básicas para generar una indagación (qué, cómo, cuándo, dónde, por qué, quién y con qué medios) pero no olvides que, por lo general, es más útil preguntar para qué que preguntar por qué: el por qué sitúa en el ámbito de las creencias y las motivaciones, en el pasado, mientras que el para qué enfoca la respuesta en los objetivos, en el futuro, lo que es más potente al planificar una acción.
– Haz preguntas de detalle que te ayuden a ampliar o matizar la información recibida, pero hazlas enfocándolas desde una palabra que sea significativa: no es lo mismo, por ejemplo, preguntar “¿cuántas fotocopias quieres?” que “¿cuántas fotocopias necesitas?”.
El próximo miércoles celebraremos el Día Mundial de la Radio, una jornada establecida por la UNESCO para mejorar la cooperación internacional entre los organismos de radiodifusión y alentar a través de las ondas el acceso a la información, la libertad de expresión y la igualdad de género. Me gusta escuchar entrevistas por la radio, no tanto por su contenido sino por la forma de preguntar de quien las haga. Mi entrenamiento como coach ha modificado mi forma de indagar formulando preguntas adecuadas, y eso también hace que me fije en si la persona que entrevista expresa o no preguntas poderosas. ¿Y tus preguntas cómo son? ¿Obtienes con ellas el máximo de información en el mínimo de tiempo? He aquí tres recomendaciones para mejorarlas: – Al diseñar tu pregunta procura que sea lo más abierta posible, es decir, que difícilmente se pueda responder con un sí o con un no: cuanto más amplia, mayor es la invitación que le estás haciendo a tu interlocutor para que se explaye. – Recuerda las siete Preguntas de Quintiliano, que son las básicas para generar una indagación (qué, cómo, cuándo, dónde, por qué, quién y con qué medios) pero no olvides que, por lo general, es más útil preguntar para qué que preguntar por qué: el por qué sitúa en el ámbito de las creencias y las motivaciones, en el pasado, mientras que el para qué enfoca la respuesta en los objetivos, en el futuro, lo que es más potente al planificar una acción. – Haz preguntas de detalle que te ayuden a ampliar o matizar la información recibida, pero hazlas enfocándolas desde una palabra que sea significativa: no es lo mismo, por ejemplo, preguntar “¿cuántas fotocopias quieres?” que “¿cuántas fotocopias necesitas?”.