Hoy hace cinco años el primer presidente negro de Estados Unidos, Barack Obama, juró su cargo con un mensaje de esperanza para afrontar las consecuencias de una crisis económica mundial originada en su país. Es interesante recordar que ese mismo día, medio siglo antes, hacía igual otro presidente, John F. Kennedy, con palabras que aún recordamos: “Conciudadanos del mundo, no os preguntéis lo que América puede hacer por vosotros, sino lo que todos juntos podemos hacer por la libertad del hombre”. Analicemos esta frase porque es puro coaching.
Se compone de tres partes diferenciadas por las comas: a quién se dirige, una propuesta para no hacer algo y una invitación.
1. Emplea la palabra “conciudadanos”, la misma que George Washington usó como presidente y que los antecesores de Kennedy habían desestimado. Conecta así con un venerado padre de la patria, la hace extensible a todos, consciente de que su influencia es global, y genera de este modo un vínculo inconsciente con cuantos le escuchan, sean de donde sean.
2. Reenfoca a los oyentes hacia un nuevo observador para que renuncien al papel de dependientes de una sola nación, por poderosa que sea. Reivindica para todos los países un papel protagonista de sus propios destinos. Modula a la baja la expectativa ante la ayuda americana, dado que no es ilimitada.
3. Corona la frase con un alineamiento colectivo (“todos juntos”) en el que cada uno es corresponsable (“podemos hacer”) en pro de un objetivo universalmente deseable (“la libertad del hombre”).
Los sangrientos acontecimientos posteriores confirmaron que la visión del presidente resultaba peligrosa para quienes entendían la palabra libertad de manera muy diferente.
Hoy hace cinco años el primer presidente negro de Estados Unidos, Barack Obama, juró su cargo con un mensaje de esperanza para afrontar las consecuencias de una crisis económica mundial originada en su país. Es interesante recordar que ese mismo día, medio siglo antes, hacía igual otro presidente, John F. Kennedy, con palabras que aún recordamos: “Conciudadanos del mundo, no os preguntéis lo que América puede hacer por vosotros, sino lo que todos juntos podemos hacer por la libertad del hombre”. Analicemos esta frase porque es puro coaching. Se compone de tres partes diferenciadas por las comas: a quién se dirige, una propuesta para no hacer algo y una invitación. 1. Emplea la palabra “conciudadanos”, la misma que George Washington usó como presidente y que los antecesores de Kennedy habían desestimado. Conecta así con un venerado padre de la patria, la hace extensible a todos, consciente de que su influencia es global, y genera de este modo un vínculo inconsciente con cuantos le escuchan, sean de donde sean. 2. Reenfoca a los oyentes hacia un nuevo observador para que renuncien al papel de dependientes de una sola nación, por poderosa que sea. Reivindica para todos los países un papel protagonista de sus propios destinos. Modula a la baja la expectativa ante la ayuda americana, dado que no es ilimitada. 3. Corona la frase con un alineamiento colectivo (“todos juntos”) en el que cada uno es corresponsable (“podemos hacer”) en pro de un objetivo universalmente deseable (“la libertad del hombre”). Los sangrientos acontecimientos posteriores confirmaron que la visión del presidente resultaba peligrosa para quienes entendían la palabra libertad de manera muy diferente.