Como todas las emociones básicas, el miedo cumple una función indispensable: la garantía de nuestra supervivencia. Es una reacción psicosomática que nos predispone a huir o a atacar ante una amenaza. La dificultad surge cuando deja de ser una emoción (reactiva y transitoria) y se convierte en un estado emocional en el que corremos el riesgo de instalarnos.
Lo observo en los clientes que solicitan mis servicios como coach: se mueren de miedo, y por lo general ignoran por qué. En la mayoría de los casos se trata de temores indefinidos, pero en todos ellos se da un denominador común: están en el futuro. El miedo secuestra tu ahora.
Por eso deseo compartir contigo un truco fantástico, que no es otro que centrar tu mente en el presente, en lo que sí puedes hacer tú en este preciso momento, como protagonista, para abrir o cerrar los futuros alternativos con tus acciones. Desde esta perspectiva, tienes más poder del que crees, porque solo tenemos miedo a lo que creemos que nos puede dañar, y solo nos puede dañar aquello a lo que se lo permitimos.
¿Miedo a la soledad? Construye hoy relaciones sólidas. ¿A quedarte sin empleo? Diseña hoy un buen plan B. ¿A la enfermedad? Haz cuanto esté en tu mano hoy para no enfermar. ¿A las catástrofes naturales? ¿Al hundimiento de la bolsa? ¿A los accidentes de tráfico? ¿A las cucarachas? ¿Cuántas de esas circunstancias se están dando realmente en tu vida aquí y ahora?
Cuando el miedo nos paraliza es porque el cerebro no decide entre el ataque o la huida. Pero cuando el miedo no es a un peligro inmediato nos causa un mal mucho mayor: nos roba el ahora. ¿De qué tienes miedo? ¿Es a una posibilidad real? ¿Qué puedes hacer en este momento?
Como todas las emociones básicas, el miedo cumple una función indispensable: la garantía de nuestra supervivencia. Es una reacción psicosomática que nos predispone a huir o a atacar ante una amenaza. La dificultad surge cuando deja de ser una emoción (reactiva y transitoria) y se convierte en un estado emocional en el que corremos el riesgo de instalarnos. Lo observo en los clientes que solicitan mis servicios como coach: se mueren de miedo, y por lo general ignoran por qué. En la mayoría de los casos se trata de temores indefinidos, pero en todos ellos se da un denominador común: están en el futuro. El miedo secuestra tu ahora. Por eso deseo compartir contigo un truco fantástico, que no es otro que centrar tu mente en el presente, en lo que sí puedes hacer tú en este preciso momento, como protagonista, para abrir o cerrar los futuros alternativos con tus acciones. Desde esta perspectiva, tienes más poder del que crees, porque solo tenemos miedo a lo que creemos que nos puede dañar, y solo nos puede dañar aquello a lo que se lo permitimos. ¿Miedo a la soledad? Construye hoy relaciones sólidas. ¿A quedarte sin empleo? Diseña hoy un buen plan B. ¿A la enfermedad? Haz cuanto esté en tu mano hoy para no enfermar. ¿A las catástrofes naturales? ¿Al hundimiento de la bolsa? ¿A los accidentes de tráfico? ¿A las cucarachas? ¿Cuántas de esas circunstancias se están dando realmente en tu vida aquí y ahora? Cuando el miedo nos paraliza es porque el cerebro no decide entre el ataque o la huida. Pero cuando el miedo no es a un peligro inmediato nos causa un mal mucho mayor: nos roba el ahora. ¿De qué tienes miedo? ¿Es a una posibilidad real? ¿Qué puedes hacer en este momento?