Hoy hace 114 años, Puccini estrenó en el Constanzi de Roma su ópera Tosca, cuya maravillosa música contrasta mucho con la atmósfera asfixiante y oscura de su argumento, un melodrama que mezcla intrigas políticas y amor fatal. Mientras la veo de nuevo en mi DVD me pregunto, si no fuese ficción, cómo un buen proceso de coaching hubiese ayudado a la protagonista, una mujer dulce que toma decisiones cada vez más desacertadas y termina quitándose la vida.
Una amiga experta en navegación marítima me comentó los sutiles que son los movimientos del timón y, sim embargo, cómo un cambio casi imperceptible en él es capaz de llevar el barco a un lugar muy diferente. El timón de nuestra vida son nuestras decisiones.
1. Ten claro lo que deseas conseguir antes de actuar y pregúntate si tus acciones te acercarán o no a tu objetivo. Ten en mente la pregunta “para qué voy a hacer esto”.
2. Sopesa pros y contras de cada movimiento, sobre todo su impacto “ecológico” en las personas que te importan de tu entorno.
3. “Escucha” tu instinto. Nuestra mente procesa información de forma no del todo comprendida a día de hoy y, a veces, el resultado se manifiesta de forma insospechada.
4. Consulta con personas de confianza, especialmente si ya han pasado por circunstancias similares, o con expertos, pero no dejes que sean otros quienes decidan por ti. Eres tú quien ha de vivir su propia vida.
5. Adopta el papel de protagonista y renuncia al de víctima. Eso generará en ti una actitud nueva y motivadora.
6. Un coach te ayudará a clarificar no sólo la meta sino los pasos para alcanzarla. Plantéate poner en marcha un proceso de coaching acompañado por un buen profesional antes de tomar tu decisión.
Hoy hace 114 años, Puccini estrenó en el Constanzi de Roma su ópera Tosca, cuya maravillosa música contrasta mucho con la atmósfera asfixiante y oscura de su argumento, un melodrama que mezcla intrigas políticas y amor fatal. Mientras la veo de nuevo en mi DVD me pregunto, si no fuese ficción, cómo un buen proceso de coaching hubiese ayudado a la protagonista, una mujer dulce que toma decisiones cada vez más desacertadas y termina quitándose la vida. Una amiga experta en navegación marítima me comentó los sutiles que son los movimientos del timón y, sim embargo, cómo un cambio casi imperceptible en él es capaz de llevar el barco a un lugar muy diferente. El timón de nuestra vida son nuestras decisiones. 1. Ten claro lo que deseas conseguir antes de actuar y pregúntate si tus acciones te acercarán o no a tu objetivo. Ten en mente la pregunta “para qué voy a hacer esto”. 2. Sopesa pros y contras de cada movimiento, sobre todo su impacto “ecológico” en las personas que te importan de tu entorno. 3. “Escucha” tu instinto. Nuestra mente procesa información de forma no del todo comprendida a día de hoy y, a veces, el resultado se manifiesta de forma insospechada. 4. Consulta con personas de confianza, especialmente si ya han pasado por circunstancias similares, o con expertos, pero no dejes que sean otros quienes decidan por ti. Eres tú quien ha de vivir su propia vida. 5. Adopta el papel de protagonista y renuncia al de víctima. Eso generará en ti una actitud nueva y motivadora. 6. Un coach te ayudará a clarificar no sólo la meta sino los pasos para alcanzarla. Plantéate poner en marcha un proceso de coaching acompañado por un buen profesional antes de tomar tu decisión.