Cuando una persona se pone en contacto conmigo interesada en poner en marcha un proceso de coaching, quedamos previamente para una sesión de demostración gratuita en la que me explica para qué quiere emplear estas técnicas. Me llama la atención la cantidad de clientes que me responden que lo que quieren es… “ser feliz”. “Estupendo -respondo yo-. ¿Y qué es para usted específicamente eso?”. Tantos seres humanos pululando por el planeta, tantas concepciones diferentes de qué es la felicidad. No obstante, por lo general está relacionada con tres factores:
1. Autoestima. Si alguien la tiene dañada o no se valora será más difícil que experimente satisfacción siendo quien es, haga lo que haga.
2. Relaciones sociales. Formamos parte de sistemas humanos (familias, empresas, vecindario…) y existe una relación directa entre cómo interactuamos entre nosotros y nuestro bienestar emocional.
3. Corporalidad. El estado de nuestro organismo también incide en nuestra percepción de felicidad: no es lo mismo estar sano o descansado que vivir, por ejemplo, bajo la presión del estrés.
Acaso te llame la atención que no haya mencionado el dinero. Te sorprendería constatar que, al menos según mi experiencia, es cierto que no da la felicidad. ¡A veces sucede incluso al contrario!
Una de las herramientas que utilizo al comenzar un proceso de coaching se llama Rueda de la Vida y sirve para conocer cómo valora el cliente su grado de satisfacción en aspectos cruciales de su vida. Es un diagnóstico sobre la situación en la se encuentra que nos permite definir mejor el estado deseado y los procedimientos para alcanzarlo.
¿Y a ti? ¿Qué crees que te falta exactamente para ser un poquito más feliz?
Cuando una persona se pone en contacto conmigo interesada en poner en marcha un proceso de coaching, quedamos previamente para una sesión de demostración gratuita en la que me explica para qué quiere emplear estas técnicas. Me llama la atención la cantidad de clientes que me responden que lo que quieren es… “ser feliz”. “Estupendo -respondo yo-. ¿Y qué es para usted específicamente eso?”. Tantos seres humanos pululando por el planeta, tantas concepciones diferentes de qué es la felicidad. No obstante, por lo general está relacionada con tres factores: 1. Autoestima. Si alguien la tiene dañada o no se valora será más difícil que experimente satisfacción siendo quien es, haga lo que haga. 2. Relaciones sociales. Formamos parte de sistemas humanos (familias, empresas, vecindario…) y existe una relación directa entre cómo interactuamos entre nosotros y nuestro bienestar emocional. 3. Corporalidad. El estado de nuestro organismo también incide en nuestra percepción de felicidad: no es lo mismo estar sano o descansado que vivir, por ejemplo, bajo la presión del estrés. Acaso te llame la atención que no haya mencionado el dinero. Te sorprendería constatar que, al menos según mi experiencia, es cierto que no da la felicidad. ¡A veces sucede incluso al contrario! Una de las herramientas que utilizo al comenzar un proceso de coaching se llama Rueda de la Vida y sirve para conocer cómo valora el cliente su grado de satisfacción en aspectos cruciales de su vida. Es un diagnóstico sobre la situación en la se encuentra que nos permite definir mejor el estado deseado y los procedimientos para alcanzarlo. ¿Y a ti? ¿Qué crees que te falta exactamente para ser un poquito más feliz?