
Todo residuo es una enfermedad en potencia. La suciedad,desperdigada en el medio ambiente, genera patógenos. El pus o la gangrena en el cuerpo, septicemia que nos mata. Por tanto, ¿qué efecto crees que puede llegar a tener la “basura mental”?La higiene es salud, equilibrio,supervivencia. Y también lo es en la mente.
La “basura mental” es fácil de detectar: son ideas repetitivas, acaso obsesivas, que pueden llegar a intoxicarnos. Generalmente, se trata de creencias que, por el motivo que sea, han quedado instaladas en nuestro entendimiento sin haber pasado por el tamiz de la razón y de las que, en la mayor parte de las ocasiones, ni siquiera somos conscientes de que nos están afectando. Un ejemplo: “no valgo para nada”. Los humanos tenemos una característica: nuestra conducta blinda la creencia, sea la que sea, para demostrarla una y otra vez. Si tengo instalado un “no valgo para nada”, es probable que cada vez que me ponga a hacer una tarea me esté dando a mí mismo permiso para hacerla mal y comprobar de nuevo así que mi creencia es correcta por perniciosa que sea para mí o para los demás.
Hay un poderoso detergente que te servirá para eliminar la “basura mental”: el coaching. A lo largo de un proceso de tres o cinco sesiones seguimos este patrón: primero, analizamos qué deseas conseguir. Luego, verificamos si con tus acciones lo estás alcanzando o no. Después, qué creencias están manteniendo tus pautas de conducta ineficaces. Tras esto, sustituimos esas creencias por otras que están alineadas al éxito. Por último, trazamos un plan de acción. Dado que el coaching trabaja con el proceso y no con el contenido, una vez que comprendas este patrón te será más fácil aplicarlo a otros aspectos de tu vida que no funcionan como deseas. Por eso, el coaching te hará independiente.
Todo residuo es una enfermedad en potencia. La suciedad, desperdigada en el medio ambiente, genera patógenos. El pus o la gangrena en el cuerpo, septicemia que nos mata. Por tanto, ¿Qué efecto crees que puede llegar a tener la “basura mental”? La higiene es salud, equilibrio, supervivencia. Y también lo es en la mente. La “basura mental” es fácil de detectar: son ideas repetitivas, acaso obsesivas, que pueden llegar a intoxicarnos. Generalmente, se trata de creencias que, por el motivo que sea, han quedado instaladas en nuestro entendimiento sin haber pasado por el tamiz de la razón y de las que, en la mayor parte de las ocasiones, ni siquiera somos conscientes de que nos están afectando. Un ejemplo: “no valgo para nada”. Los humanos tenemos una característica: nuestra conducta blinda la creencia, sea la que sea, para demostrarla una y otra vez. Si tengo instalado un “no valgo para nada”, es probable que cada vez que me ponga a hacer una tarea me esté dando a mí mismo permiso para hacerla mal y comprobar de nuevo así que mi creencia es correcta por perniciosa que sea para mí o para los demás. Hay un poderoso detergente que te servirá para eliminar la “basura mental”: el coaching. A lo largo de un proceso de tres o cinco sesiones seguimos este patrón: primero, analizamos qué deseas conseguir. Luego, verificamos si con tus acciones lo estás alcanzando o no. Después, qué creencias están manteniendo tus pautas de conducta ineficaces. Tras esto, sustituimos esas creencias por otras que están alineadas al éxito. Por último, trazamos un plan de acción. Dado que el coaching trabaja con el proceso y no con el contenido, una vez que comprendas este patrón te será más fácil aplicarlo a otros aspectos de tu vida que no funcionan como deseas. Por eso, el coaching te hará independiente.