Hay una escena en El imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980) en la que el pequeño Yoda usa “la Fuerza” para reflotar telequinéticamente la pesada nave del protagonista, hundida en un pantano del planeta Dagobah. Lo consigue con la premisa de que el tamaño no importa si el propósito es más potente que las dificultades.
Los desafíos a los que se enfrenta Felipe VI en la España contemporánea son extraordinarios pero al igual que el coaching nos brinda estrategias para solucionar las dificultades cotidianas también es posible emplear estos mismos procedimientos con los planes de acción de la Corona, dado que según la analogía de Yoda y la nave, la magnitud del reto es sólo una cuestión de percepción: un problema es tan grande cuanto mayor sea la distancia intuida entre dónde estás ahora y a dónde pretendes llegar.
Los problemas, sean cuales sean, se analizan y se solucionan siguiendo el mismo esquema: definición del estado deseado, observación del estado presente, diseño de un plan de acción, puesta en funcionamiento de los recursos requeridos y evaluación para conocer el grado de acercamiento al objetivo. No me cabe duda de que el equipo de coaches de la Casa Real aplicará este mismo protocolo para asesorar al nuevo rey en su misión de “reflotar la nave”.
¿Y tú? ¿Cómo percibes ese problema que ahora te inquieta? Uno de los beneficios que proporciona el coaching desde la primera sesión es, precisamente, centrar la mente del cliente en lo que sí puede hacer para conseguir sus objetivos y en cuáles son los recursos de los que ya dispone para plantearse alternativas de forma optimista. ¿Qué tal si lo compruebas solicitando ahora mismo una sesión de demostración?
Hay una escena en El imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980) en la que el pequeño Yoda usa “la Fuerza” para reflotar telequinéticamente la pesada nave del protagonista, hundida en un pantano del planeta Dagobah. Lo consigue con la premisa de que el tamaño no importa si el propósito es más potente que las dificultades. Los desafíos a los que se enfrenta Felipe VI en la España contemporánea son extraordinarios pero al igual que el coaching nos brinda estrategias para solucionar las dificultades cotidianas también es posible emplear estos mismos procedimientos con los planes de acción de la Corona, dado que según la analogía de Yoda y la nave, la magnitud del reto es sólo una cuestión de percepción: un problema es tan grande cuanto mayor sea la distancia intuida entre dónde estás ahora y a dónde pretendes llegar. Los problemas, sean cuales sean, se analizan y se solucionan siguiendo el mismo esquema: definición del estado deseado, observación del estado presente, diseño de un plan de acción, puesta en funcionamiento de los recursos requeridos y evaluación para conocer el grado de acercamiento al objetivo. No me cabe duda de que el equipo de coaches de la Casa Real aplicará este mismo protocolo para asesorar al nuevo rey en su misión de “reflotar la nave”. ¿Y tú? ¿Cómo percibes ese problema que ahora te inquieta? Uno de los beneficios que proporciona el coaching desde la primera sesión es, precisamente, centrar la mente del cliente en lo que sí puede hacer para conseguir sus objetivos y en cuáles son los recursos de los que ya dispone para plantearse alternativas de forma optimista. ¿Qué tal si lo compruebas solicitando ahora mismo una sesión de demostración?