¿Eres de las personas que creen que descansar consiste en no hacer nada? Hoy quiero presentarte el descanso desde una nueva visión: te invito a verlo como un cambio de actividad. Esto lo podemos aplicar a gran escala (unas vacaciones) o con un mayor nivel de detalle (levantarme, tomar un zumo y estirar los músculos tras un largo rato trabajando en el ordenador). De lo que no hay duda es de que el descanso no es optativo.
Muchos clientes que me solicitan procesos de coaching lo hacen porque desean gestionar sus niveles de estrés y es sorprendente comprobar lo poco conscientes que son de cuánto y de cómo descansan… ¡Si es que lo hacen! Ten claro esto: tu cuerpo te habla constantemente para decirte qué necesita y si no le haces caso tarde o temprano te lo dirá ‘gritando’.
Las consecuencias físicas y psíquicas del trabajo intenso y continuado no tardan en aparecer en forma de irritabilidad, falta de concentración, reacciones lentas, somnolencia e, incluso, en casos más graves subida de fiebre o confusión mental.
Ahora mismo estás leyendo el periódico acaso durante una pausa en tu actividad laboral. ¿Qué harás luego? ¿Tienes programado tu próximo momento de desconexión o dejas que sea el cuerpo quien te diga que es preciso parar un rato? ¿Te sirvieron las últimas vacaciones para recargar o fueron tan agotadoras que casi se diría que necesitarías nuevas vacaciones para descansar de las que te tomaste? ¿Cómo gestionas realmente tus momentos de descanso?
Umberto Eco tiene una frase clásica con la que concluyo la columna de hoy que espero que te sirva tanto como me ha servido a mí: “Tanto si trabajas como si descansas dedícate a ello al cien por cien”. ¡Feliz descanso!
¿Eres de las personas que creen que descansar consiste en no hacer nada? Hoy quiero presentarte el descanso desde una nueva visión: te invito a verlo como un cambio de actividad. Esto lo podemos aplicar a gran escala (unas vacaciones) o con un mayor nivel de detalle (levantarme, tomar un zumo y estirar los músculos tras un largo rato trabajando en el ordenador). De lo que no hay duda es de que el descanso no es optativo. Muchos clientes que me solicitan procesos de coaching lo hacen porque desean gestionar sus niveles de estrés y es sorprendente comprobar lo poco conscientes que son de cuánto y de cómo descansan… ¡Si es que lo hacen! Ten claro esto: tu cuerpo te habla constantemente para decirte qué necesita y si no le haces caso tarde o temprano te lo dirá ‘gritando’. Las consecuencias físicas y psíquicas del trabajo intenso y continuado no tardan en aparecer en forma de irritabilidad, falta de concentración, reacciones lentas, somnolencia e, incluso, en casos más graves subida de fiebre o confusión mental. Ahora mismo estás leyendo el periódico acaso durante una pausa en tu actividad laboral. ¿Qué harás luego? ¿Tienes programado tu próximo momento de desconexión o dejas que sea el cuerpo quien te diga que es preciso parar un rato? ¿Te sirvieron las últimas vacaciones para recargar o fueron tan agotadoras que casi se diría que necesitarías nuevas vacaciones para descansar de las que te tomaste? ¿Cómo gestionas realmente tus momentos de descanso? Umberto Eco tiene una frase clásica con la que concluyo la columna de hoy que espero que te sirva tanto como me ha servido a mí: “Tanto si trabajas como si descansas dedícate a ello al cien por cien”. ¡Feliz descanso!